Adiós a Claudio Naranjo


Tributar a una figura como la de Claudio Naranjo puede parecer redundante. Sus méritos son públicos, su legado tan grande que enumerarlo puede parecer una simpleza. Baste quizás con decir que mi corazón está triste y agradecido, pleno y al tiempo desolado.
Gracias, Maestro, voz irredenta de la terapia Gestalt, mensajero generoso del eneagrama, luchador incansable contra la cultura patriarcal, acusador de la enfermedad de nuestra sociedad, rescatador del espíritu espontáneo de la humanidad. Gracias por tus enseñanzas y acompañamiento. Gracias por lo que has dado y por lo que continuarás dando.
Que tu vuelo sea propicio, y tu luz nos continúe iluminando.

Om Ah Hum



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